

Espejos de sol y sal


Tradición e innovación

En el Chiringuito Albarrosa perseguimos el objetivo de proporcionar a nuestros clientes una verdadera experiencia gastronómica.
La tradición a través de la continuidad en las recetas y los métodos tradicionales de cocinado, tanto en los pescados como en los mariscos, confluyen con la magnífica materia prima que nos aportan los esteros de la zona, donde se conservan todos sus nutrientes y sabores especiales.
La innovación en nuestros platos reside en el pensamiento de que tradición y vanguardia no están reñidos. Nuestro Chef busca constantemente nuevas recetas y métodos de cocinado, que nos hacen marcar ese punto de diferencia en la zona.
Los productos locales de la bahía permiten que juguemos con sabores y texturas, no solo con en el pescado y ese punto salino, sino también con el marisco más tradicional como el camarón. Así, nos fundiremos con el entorno llevándonos a la boca verdaderas experiencias culinarias.
Respeto al entorno

Platos especiales

En ALBARROSA disponemos de una amplia variedad de productos que ofrecer a nuestra clientela y sabemos que la demanda fluctúa a lo largo del año. Por eso, tenemos una carta de verano y otra de invierno, que nos permite atender el negocio y poner en valor la MARCA CHICLANA durante todo el año.
En ALBARROSA no podía faltar un buen maridaje entre los productos autóctonos de la bahía de Cádiz y un buen vino de la tierra. Contamos con una carta de vinos completa y variada, de los cuales el 80% son productos de nuestras viñas, cultivadas con esmero y dedicación a lo largo de siglos.

Cuidamos nuestra historia
Justo al norte de la Playa de la Barrosa, Sancti Petri fue creado por los Fenicios y, posteriormente, ocupado por culturas como la griega y romana. Poco a poco fue poblado por pescadores y levantado en torno a la industria almadrabera.
La almadraba de Sancti Petri fue el eje de la vida del poblado, su esencia y el origen de su estampa actual. Una vez que el Consorcio Nacional Almadrabero la adquirió en 1928 se convirtió en el motor de la economía y la sociedad de la Chiclana de la época. La pesca del atún y la fábrica de conservas de este pescado se erigieron en la principal industria de la ciudad, llegando a emplear, en temporada, a más de 2.000 trabajadores. El último año de pesca fue 1971 cuando se cerró el telón de una actividad emblemática.
Chiclana tiene entre sus encantos la huella dejada sobre su paisaje por su tradición salinera. La combinación de recursos de nuestro patrimonio cultural como las salinas y las casas salineras. El margen derecho del río Iro sirve para internarse por el laberinto de caños que es el Parque Natural Bahía de Cádiz, un entorno que en la actualidad cuenta con diversas rutas turísticas de gran atractivo.


Qué dicen nuestros clientes

Un espacio de ensueño